En el mercado actual, donde el suelo es limitado, el comprador es más exigente y la rentabilidad condiciona cada decisión, las instalaciones deportivas han dejado de ser un simple complemento de estilo de vida. Son una palanca real y medible de creación de valor en proyectos residenciales, mixtos y turísticos.
Revalorización directa del activo
Incorporar un campo de golf, pistas de pádel o un gimnasio de alta calidad suele traducirse en un aumento directo del valor del suelo y del precio de las unidades:
Estados Unidos: Las viviendas colindantes con campos de golf alcanzan primas de entre el 15 % y el 30 %.
España: En zonas como la Costa del Sol, las comunidades orientadas al deporte pueden llegar a valores un 25 % superiores frente a desarrollos no deportivos comparables.
Asia: En países como China, Tailandia o Indonesia, el deporte se ha convertido en símbolo de estatus. Los proyectos con golf o clubes wellness premium pueden aumentar el valor del activo hasta en un 30 %, especialmente ante compradores internacionales.
Impulso al ROI del promotor
- Ciclos de venta más rápidos: Los activos deportivos aceleran la absorción de unidades.
- Mayor precio medio de venta: La percepción de calidad y exclusividad permite posicionarse por encima del mercado.
- Ingresos recurrentes: Los clubes bien gestionados generan ingresos sostenibles a través de membresías, eventos, restauración y alquileres.
Valor sostenido y potencia de marca
A diferencia de elementos decorativos que se deprecian con el tiempo, las instalaciones deportivas son anclas de valor a largo plazo. Contribuyen a definir la identidad del proyecto, su posicionamiento en el mercado y su capacidad de fidelización.
Casos de éxito como Sotogrande (España), Wellington (Florida) o Mission Hills (China) demuestran cómo la infraestructura deportiva integrada favorece la revalorización del activo, atrae capital internacional y fortalece la resiliencia del proyecto a largo plazo.
Cifras clave que todo inversor debería conocer
Dependen del país, la calidad de las instalaciones y el modelo de desarrollo.
En resumen: los activos deportivos no son un lujo, son una decisión de retorno
Las instalaciones deportivas bien diseñadas y profesionalmente gestionadas no son un gasto accesorio. Son una herramienta estratégica de planificación. Afectan directamente al rendimiento del proyecto, al valor del activo y a la fidelidad de marca en el largo plazo.
Invertir en deporte no es una moda. Es una decisión respaldada por datos, resultados y visión.

